Silenciar las voces que nos hacen Humanos
Una bien conocida leyenda japonesa dice que un hilo rojo invisible, atado a los meñiques, une a aquellas personas destinadas a encontrarse. Tirando de ese hilo rojo, este trabajo presenta una serie de imágenes que recorren diferentes concepciones del destino, todas ellas válidas en algún momento de la existencia humana, todas ellas destinadas a responder a una misma necesidad: silenciar las voces que, en algún momento, inician un continuo martilleo que parece no tener fin.
Las oportunidades que aprovechamos, las que dejamos pasar, las decisiones que tomamos y las que nunca llegamos a ejecutar, los sueños que perseguimos y aquellos a los que renunciamos son sin duda detonadores de esa tortuosa cantinela. Quizás podría haber una razón misteriosa, secreta y ancestral, casi divina, una razón que lo explicara todo y detuviera el ruido. Quizás el destino podría ser la respuesta y su carácter inamovible, inalterable, ¿inaccesible para el ser humano?, podría, de una forma tan sencilla, atrapar el sonido de las voces entre sus hilos.
La última imagen de la serie nos pregunta: ¿Y si hubiera otra forma de detener el martilleo? ¿Y si pudiéramos destruir esas ataduras mentales que garantizan el silencio y con ello volar más lejos? ¿Volar, tal vez, hacia donde la verdadera libertad se esconde?
“Silenciar las voces que nos hacen humanos” es una oportunidad para reflexionar sobre cómo ciertos conceptos, quizás no sólo el destino, han sido creados con el único fin de refrenar aquellas voces que nos dañan desde lo más interno.