Empecemos por el principio: en una fría noche de reyes... llegué al mundo. Vale, de acuerdo, no empezaré taaaaan al principio (aunque, quizás, esto podría tener su importancia).

¿De dónde vengo, fotográficamente hablando? Pues... pongamos un poco de contexto:

Cuando era pequeña, me encantaba escribir, dibujar (aunque se me daba horriblemente mal) y hacer todo tipo de manualidades: planificar, cortar, pegar, decorar, montar, reajustar, pegar otra vez... Era trabajo y magia a partes iguales. Trabajo para encontrar el cómo 🧐 y magia al obtener el resultado 🧞‍♂️ !!!

Cuando fui algo más mayor, pasaba los veranos trabajando en el restaurante de mis tíos. Un día, un hombre se olvidó una cámara réflex, analógica, un aparato maravilloso que me fascinó. Nadie la reclamó y justamente esa semana, mis tíos habían organizado un viaje a la playa para los días de descanso. Me costó, pero al final conseguí que me dejaran llevar aquel mágico aparato conmigo. No tenía ni idea de cómo funcionaba, pero el dueño de la tienda de fotografía donde mis tíos revelaban sus fotos familiares me dio tres instrucciones básicas y… 💥💫 magia! Me metí de lleno en la piel de un fotógrafo profesional. Como cabría esperar, lo mejor que podría decir de aquellas imágenes es que estaban enfocadas, todo lo demás...🙄... 

Sin embargo, el sonido del disparo, del carrete al pasar la cinta, la magia que desprendía la ruleta de enfoque del objetivo cuando la movía solo por postureo aunque en realidad no era necesario… Creo que aquellas sensaciones se quedaron conmigo, aletargadas, mucho después de que mis tíos dijeran que no podía quedarme la cámara porque su dueño podría reclamarla en cualquier momento (spoiler: nunca regresó).

Qué romántico ¿verdad? Parece que ahora voy a decirte que desde aquel día no me he separado de mi cámara. Sin embargo,  en la vida real lo que sucedió es que, no sé muy bien por qué, nunca me planteé estudiar algo relacionado con la creación artística y, en su lugar, estudié ciencia; muuuucha 🧪🧬ciencia🔬🧫.

Y tú dirás, pero, ¿y la fotografía? Si, no, a ver, te explico: las imágenes fotográficas no estuvieron presentes en mi vida hasta que, a los 25 años mi pareja confesó que no sabía qué regalarme por mi cumpleaños 🎁. Quizás porque nunca había tenido el dinero para una cámara réflex, nunca se me había ocurrido adquirir una. Peeero, si alguien lanza la pregunta “¿qué quieres por tu cumpleaños?” de alguna manera la palabra “gratis” aparece en tu cabeza y las matemáticas adquieren otra dimensión🤩.

Y asÍ, mi primera Canon EOS 1200D (la cámara réflex más modesta que había en el mercado) apareció en mis manos 🥳. No voy a aburriros con los detalles, bastante rollo os he soltado ya. En resumen: hicieron falta varios años hasta darme cuenta de que lo que me hacía feliz era yo en un estudio rodeada de objetos, materiales, un cuaderno de bocetos y mi cámara en un trípode.

Quizás, haber nacido en una noche de reyes no signifique nada y sea verdad eso que dicen de que “la magia no existe” pero, como no podemos estar seguros, por si acaso, yo sigo intentando poner un poquito en cada una de mis obras 🙃.